Un sistema de RFID básico consiste en tres componentes:
La antena emite señales de radio para el activar el tag, leer y digitar los datos. La antena es el canal entre el Tag y el transceptor que controla la obtención de datos y comunicación del sistema e comunicación do sistema. Puede tener varias formas y tamaños, pudiendo ser instaladas en locales y puertas, para captar información de personas u objetos que se identifican con tags que pasan por ella, también montado en un peaje para el control de tráfico vehicular, por ejemplo. El campo electromagnético producido por una antena puede ser constante, pero si su lectura continua no fuera necesaria, puede ser activado por un sensor.
Normalmente la antena es alimentada con un transceptor y decodificador para transformarse en un lector, puede ser configurado como colector portátil o fijo para conectarse a un computador central. El lector emite ondas de rádio frecuencia con alcances variados dependiendo del lector y del tag. Cuanto este pasa por la zona del campo electromagnético, se detecta la señal de activación del lector. Este último descodifica los datos del circuito integrado del tag y las informaciones que son enviadas para el computador.
Los tags de RFID tienen una inmensa variedad de formas y tamaños. Un tag usado para la identificación de animales por ejemplo, es posible que tenga menos de 3mm de diámetro y 10mm de largo. Pueden tener una forma de clavo, disco, etc., para la identificar árboles y objetos de madera, o tarjetas de crédito, para aplicaciones de control de acceso. Se clasifican como activos o pasivos. Los activos son suministrados por una bateria interna y son normalmente de lectura/escritura. Los datos del tag pueden ser escritos y modificados, de acuerdo a las necesidades presentadas. Su tamaño varía de acuerdo con los requisitos de su aplicación, dado que algunos sistemas funcionan con hasta 1MB de memoria. El tag provisto por una bateria obtiene un mayor alcance, que puede ser leído hasta 10mt de distancia del lector. Sin embargo existe una desventaja de mayor tamaño y una elevación en costo, además de la vida útil limitada por la batería, cuya duración es de una máximo de 10 años.
En cuanto a los tags pasivos, estos funcionan sin una fuente de suministro-alimentación externa- siendo activados por el campo electromagnético emitido por el lector. Por lo tanto los tags pasivos son mucho más reducidos y menores que los tags activos, de un precio más bajo y ofrecen una vida útil casi ilimitada. Su desventaja es su menor alcance que los tags activos y exigen un lector con mayor potencia para la lectura de los datos. Los tags pasivos pueden ser solamente de lectura o lectura/escritura.
Los sistemas de RFID son también destacados por su frecuencia baja y alta. Los sistemas de baja frecuencia (30kHz a 500 kHz) con un alcance e lectura pequeño y de bajo costo. Estos son usados comúnmente en control de acceso y para la aplicación de identificación de animales. Respecto a los de alta frecuencia (850 MHz a 950 MHz e 2.4 GHz a 2.5 GHz) alcanza una velocidad de alta lectura, se usan para la localización de vagones de tren y cobro de peaje automatizado. No obstante, el mejor rendimiento de alta frecuencia implica que los costos sean más altos.
La gran ventaja de todos los tipos de sistemas de RFID es que no exige contacto o el campo visual para leer el tags. Entonces estos pueden ser leídos a través de una variedad de sustancias como agua, nieve, hielo, pintura, tierra, plásticos, madera y en condiciones ambientales donde el código de barras o cualquier otra tecnología óptica serían en vano.
La tecnología RFID también permite la lectura en situaciones desafiantes y en velocidades notables- la mayoría de los casos, la respuesta es de menos de 100mili segundos. La capacidad de lectura/escritura de este, tiene una ventaja importante en los ámbitos que se aplica; control de mantención, pese a ser una tecnología de mayor costo en comparación al código de barra. Por ello la RFID se vuelve indispensable para una gran variedad de recolección de datos y aplicaciones de intensificación automatizada que no serían posibles con otras tecnologías.
Los avances en la tecnología RFID, continúan ajustando el sistema con mayor capacidad de memoria y alcances de lectura y procesadores más rápidos. Resulta muy difícil que la tecnología sustituya al código de barras. Incluso con una reducción de precios, una etiqueta de transponder, nunca será tan baja en costo como una etiqueta con código de barras. Sin embargo la RFID, seguirá creciendo en sus nichos establecidos donde el código de barras u otras tecnologías ópticas no son eficaces. Si se fijaran normativas para los sistemas RFID, a fin de hacer compatibles los sistemas de diferentes fabricantes, el mercado de esta, debería crecer de una forma exponencial.
